Università Cattolica del Sacro Cuore
¡Hola con todos! El objetivo de escribir este blog es dar a conocer como fue mi proceso y experiencia al tomar la decisión de estudiar fuera del país. Tal vez pueda aportar a sus vidas con algunos tips que les puedan servir o motivar de alguna manera a salir de su zona de confort, a tomar riesgos y sobre todo a vivir nuevas experiencias.
Me parece importante compartir mi historia y contarles todas las cosas que pueden pasar cuando alguien toma la decisión aventurarse por el mundo.
¿Qué pasaba por mi mente cuando tome la decisión?
Para responder esa pregunta debo contarles un poquito acerca de mi.

¿Quien soy?
Me llamo Andrea Espinoza, soy la mayor de 4 hermanos y mis padres me tuvieron cuando eran muy jóvenes. Tuve la suerte de estudiar en un Colegio Alemán y creo que desde ahí se iluminaron mis ojos con la idea de viajar mucho y por todo el mundo.
Estudiar fuera
Mis padres, por un tema cultural de sobreprotección, no me permitieron estudiar el pre grado universitario fuera del país, pese a que siempre fue mi sueño. Yo quería ser independiente y demostrarme a mí misma que era capaz de alcanzar lo que me proponga en el ámbito profesional y también en el ámbito personal.
Las razones de mi locura
Me atrajo siempre la idea de un aprendizaje constante. Me caracterizo por aprovechar cada momento y quería conocerme mejor como persona, crecer y también a vivir experiencias que seguramente iban a marcar mi vida.
El Proceso
Aplicaciones
Como les mencioné estudié en el Colegio Alemán. Por lo tanto, mi idea inicial siempre fue estudiar mi maestría en Alemania (además de que mi “ex” de toda la vida vivía ahí #persiguiendoalamor). Tuve que hacer todo el papeleo de títulos de la universidad, examen de idioma, copias certificadas, etc. Mandé mis aplicaciones a unas cinco universidades en Alemania. Después de unos meses recibí la negativa de dos de ellas. Fue definitivamente un golpe muy fuerte al ego, pero no he sido nunca de las personas que se rinden.
Tuve contacto con International Study Programs – ISP, quienes me facilitaron impresionantemente en todo el proceso que les voy a contar a continuación, sobre todo con lineamientos generales de lo que debía hacer y manteniendo el contacto directo con la Universidad.
Por cosas de la vida, terminé también aplicando a la Università Cattolica del Sacro Cuore, ubicada en Milán, Italia. Al poco tiempo recibí aceptación de esta universidad y otra en Berlín. Opté por Italia como un reto a mí misma, por un tema cultural, por el idioma y por aventurera.
Una vez aceptada por la universidad y tomada la decisión de empezar mi aventura en Italia, todo fue un poco más fácil. Había decidido estudiar mi Maestría en Negocios Internacionales.
Renuncié a mi trabajo, completé los procesos de visa y traducción de documentos, renté un departamento súper cerca al campus y programé un viaje con mi familia antes de iniciar clases.
Solita en otro país
Finalmente, llegó el día. Mi madre decidió acompañarme para asegurarse de que me quedaba en un lugar seguro. Cuando llegamos nunca nos esperamos que no habríamos de comprender nada del idioma, para colmo de males, me estafaron con la renta del departamento. ¡No tenía un lugar donde vivir! No me desesperé, “todo en esta vida es solucionable” pensé y, con un poco de esfuerzo y paciencia conseguí otro departamento, muy bonito. Empecé a entender un poco más el idioma y conocer la ciudad. Pude demostrarme a mi misma que, pese a que no iba a ser tan fácil estar sola en otro país, podía lograr todo lo que me propusiera. Definitivamente, así fue.
La experiencia

Personal y social
La Universita Cattolica del Sacro Cuore es hermosa, teníamos clases en diferentes campus. Nos exigían académicamente bastante (sobre todo en economía). Lo más hermoso de todo fue que había estudiantes de muchísimas nacionalidades y pude entablar una excelente amistad con todos. Tan increíble era la mezcla de culturas que dedicábamos un día de cada semana a un país. Por ejemplo, hubo un día turco (con comida, baile y alcohol de la región), un día mexicano (con enchiladas, tequila y mezcal), un día de India (con baile y mucha comida picante), el día francés (con deliciosos crepés) y por supuesto todos los días italianos con mucho vino, pizzas y comida deliciosa. Terminé viviendo con la única persona que hablaba español en la clase, una mexicana que se convirtió en mi hermana y éramos inseparables. También hicimos amistad con otra “hermanita menor”, de nacionalidad francesa. Con la apertura que nos caracteriza a los latinos, también pudimos hacer muchos amigos italianos, y con ellos pude conocer, desde las raíces, muchos lugares, costumbres y tradiciones. Me llevaron al carnaval de Venecia, a esquiar en Los Alpes y a conocer algunas playas y lugares emblemáticos de Italia.

Profesional
No voy a negar que fue durísimo. Sentir un invierno por primera vez y permanecer estudiando para los exámenes finales como nunca había estudiado en mi vida, realmente me costó, pero valió la pena. Aparte del aprendizaje, tuve la suerte de encontrar el trabajo de mis sueños por medio de la plataforma de la universidad. Me contrataron en una empresa multinacional de cosméticos, EMEA. Inicialmente fui pasante con el cargo de “Business Development Coordinator”. Después de seis meses decidieron contratarme por un año más. Esa ha sido una de las experiencias profesionales más enriquecedoras que he tenido. El 85% del equipo era italiano pero también había gente de otros países, por lo tanto el idioma principal era inglés. Aprendí mucho más de lo que pude haberme imaginado en la empresa y en el cargo de mis sueños.
Cumplí mi objetivo de crecer, de poder hacer todo yo sola, entender mucho mejor qué era lo que me gustaba y lo que no. Aprendí a actuar sin ninguna presión o expectativa externa y a exigirme hasta lograr todo lo que me hubiera propuesto. ¡Fue un crecimiento impresionante!
El desenlace
La vida en Milán es realmente hermosa. Pude viajar por varios países de Europa. La universidad y las clases me enseñaron muchísimas cosas. Tuve el trabajo de mis sueños por casi un año. Principalmente, tuve la oportunidad de conocer a gente realmente valiosa, de conocerme a mí, de retar mis límites y de cumplir mis sueños.
Por temas familiares tuve que regresar a vivir a Ecuador, pero siempre pienso con mucha nostalgia y felicidad en la increíble oportunidad que la vida me dio.
Andrea Espinoza
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